Sebastián creció en Calarcá, Quindío, cuna de la caficultura y la tradición, como muchos le llaman. Allí estudió derecho hasta séptimo semestre, pero luego tuvo que dejar su carrera y dedicarse a cuidar la finca de su padre. 

Poco a poco se convirtió en la cuarta generación de caficultores de su familia, gracias a su dedicación y esfuerzo por sacar adelante esas cuarenta cuadras de finca que tanto café tenían para dar. Fue así como empezó a capacitarse en el mundo del café hasta lograr hoy tener reconocimiento por su desarrollo de cafés especiales para clientes locales y extranjeros.

La central de beneficio:

La experiencia de Sebastián lo llevó a recorrer las fincas del Quindío ubicadas en las tierras de La Tebaida, Pueblo Tapao y Montenegro con el objetivo de acompañar a los caficultores en todo el proceso de sus fincas.

De esta manera el proyecto creció tanto que Sebastián, con su experiencia e infraestructura, decidió crear una central de beneficio. Reunió todas las fincas en una sola para hacer más práctica la gestión de los procesos, logrando así aumentar la producción, pues donde se beneficiaban 1.000 kilos cada 15 días ahora se benefician 78.000 kilos cada 15 o 20 días.

Alta calidad, café de exportación:

Desde el inicio en el centro de beneficio Corcega, más conocido como Coffee Farm El Placer; Sebastián ha trazado un objetivo bien importante: producir café de alta calidad.

En la finca se realizan 2 o 3 experimentos diarios que pueden ser escalados a grandes producciones cuando el experimento tiene éxito. Vale aclarar que en el proyecto siempre ha sido primordial conservar las características naturales de cada variedad. 

Hoy Sebastián ofrece un portafolio de café de exportación de diferentes variedades y procesos. Un factor determinante en la calidad de los cafés de Sebastián es que los lotes se estabilizan en destino y no en origen.

Ahora que conocemos los procesos de Sebastián para lograr cafés de alta calidad, quisimos preguntarle especialmente por nuestro último lanzamiento: El Wush Wush de la línea Ancestros que tenemos disponible en todos nuestros COLO. 

El Wush wush es una variedad exótica etíope y la semilla llegó a Sebastián hace más de 10 años gracias al regalo de uno de sus amigos. Cuando finalmente se sacó la primera cosecha, se implementó un proceso natural con 100 horas de fermentación, al que se le realizaron algunos ajustes con el tiempo. Esto dio como resultado uno de los cafés más especiales que han llegado a la tostadora de COLO. 

La fermentación extendida jugó un papel muy importante en los atributos de esta variedad, ya que se lograron unas notas de cata intensas a chocolate, fresa, naranja y cedro, convirtiéndola en una de las variedades más apetecidas actualmente. 

No nos queda más que agradecer a Sebastián por abrirnos las puertas de su central de beneficio y las de los caficultores del Quindío. Esto nos permite disfrutar en nuestra taza lo mejor de la diversidad de COLOmbia y entender la historia y el trabajo detrás del café. Los esperamos en su COLO favorito para probar nuestro nuevo Wush Wush y quedar aún más COLOS por el café.